Calma Chicha (2016) - Texto curatorial de la exposición que reunió la síntesis anual de producción del colectivo artístico GRAPA (Grupo de Reflexión, Análisis y Producción de Arte), coordinado por El Querido / Arte Contemporáneo, con la conducción de Josefina Fossatti y Claudio Roveda.
http://yelosui.com/calma-chicha-grapa-2015/
Retomando la preocupación por las definiciones y La Definición, en particular, del arte contemporáneo y del arte en sí; volviendo sobre las eternas máximas que se espera sean las respuestas al qué, para qué y por qué, vamos unos pasos más atrás aún, a una instancia anterior a la aparición de dicha –insaciable- necesidad, para tratar de reformular las preocupaciones y ocupaciones últimas del arte, que esperamos superen la autoridad que pretende ser “la definición”, y nos presenten una mejorada forma de los ‘límites’ o, mejor, alcances del arte en sus formas y procederes.
Optamos entonces por las preguntas antes que por las respuestas. Las definiciones, desde esta perspectiva, representan aquella zona de confort donde se espera que las contingencias del arte reposen y se desarrollen; cuando en cualquier caso funcionan más como un límite, cual aval de verdad, como si se tratara de una demostración que tiene dos posibilidades de ser únicamente: la correcta o la falible. Y así es que en la circunscripción a esta dicotomía se gana sólo una posición de hegemonía y se renuncia a toda posibilidad de pensar y explorar las diversas formas de ser de un hecho artístico.
Ahí donde las dudas aparecen es donde puede o no haber algo de lo que es más allá de la ‘primera vista’. Éste es el potencial del arte en todas sus formas y momentos, el de ser un marco donde hay y deba haber lugar para la duda. En ese espacio es que las obras o hechos se mueven entre sus posibilidades de ser.
Y por todo lo anterior, el pronóstico: Calma chicha. Porque sabido es que las sentencias desatan tempestades, sobre todo cuando ésta, la nuestra, proclama la ausencia de definiciones y la instalación de la incertidumbre.
Queda librada entonces la forma final de lo que ‘debe ser’ una obra de arte.
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Lole Remón